Militantes de la democracia
Por Nancy Sáez
Militante, es el actor social que se mueve en el terreno político defendiendo una ideología, que puede o no ser partidaria. Muchas veces nosotros mismos nos convertimos en militantes, cuando defendemos nuestros principios y creencias en los campos en los que nos toca actuar. Cuando abogamos por la justicia, la libertad, los derechos humanos, la ecología, la educación libre popular y gratuita, el derecho a la vida y levantamos nuestra voz y opinamos estamos haciendo militancia.
A veces me gusta escribir o dar mi opinión sobre sucesos del ámbito nacional que me parecen relevantes, creyento tal vez, vanamente que es un aporte necesario al "MAR DE FUEGUITOS" que describe Galeano en su libro de los abrazos.
Su escrito dice más o menos así, un hombre en la costa de colombia pudo subir al cielo y a la vuelta dijo que "el mundo es eso, un mar de fueguitos donde cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende"
Los militantes son eso, un mar de fueguitos que toman la responsabilidad, de hacer, de luchar, de amar. No hay militante sin pasión. A todos nos mueve el deseo de mejorar el mundo, de hacer algo por la humanidad.
Hoy me preguntaba ¿qué es estar a la altura de las circunstancias? Y mi respuesta es esta.
Estar a la altura de las circunstancias hoy, significa acompañar a la Presidenta en su duelo, que es el duelo de todos los argentinos. Ha muerto otro gran lider, un militante.
No soy Peronista ni Kirchnerista, pero se reconocer la buena madera, la militancia de Nestor Kirchner y su valentía, pero sobre todo su gran compromiso para con su país.
En el 2003 él tuvo el coraje que se necesitaba para sacar a nuestro país adelante y lo hizo, con determinación y convicción.
Los argentinos a lo largo de estos 3 días de duelo hemos demostrado que sabemos separar las cosas y honrar lo que se hizo bien. Ha ocurrido el mismo fenómeno con Raúl Alfonsín, otro gran lider y estadista cuyo reconocimiento del pueblo nos dejó maravillados. Ambos apuntaron a la integración latinoamericana.
En menos de 25 años, argentina ha visto pasar a dos grandes hombres. Dos hombres que han sabido llegar a su pueblo, porque eran parte de él.
Podremos compartir ideologías o pensar distinto, pero ambos nos posibilitaron justamente desde lugares distintos, el poder elegir, el poder votar nuestros representantes y el poder expresarnos con libertad.
Es cierto también, que Nestor Kirchner era más duro y más determinante, hasta más avasallante con quien pensaba distinto y Alfonsín mucho más amplio y democrático, no por nada fue catalogado como "el padre de la democracia" pero en lo que ambos coincidieron fue en dar toda su vida por su patria, por sus ideales, por sus convicciones.
Mario Wainfeld, periodista de Página 12 relataba sensaciones que capturó en el velatorio que me conmovieron cuando leí, porque era lo mismo que podía observar en mi ciudad, a 2000km de Buenos Aires.
"Cristina acaricia de vez en cuando el féretro, acomoda la bandera, los pañuelos blancos que le acercaron, algún estandarte. Mira hacia delante, conmueve su economía gestual. Sólo se mueve para besar a Madres o a Hijos, a alguna mujer de pueblo. Tira un beso con las manos, se lleva la mano al corazón.
En su derredor, hombres hechos y derechos no pueden contener la emoción. Carlos Zannini, de ordinario sonriente, se muestra tieso, todo lo lívido que pueda estar un morocho. Agustín Rossi conserva el rostro demudado desde el miércoles. Carlos Tomada está estremecido, con los ojos húmedos.
Oscar Parrilli, una suerte de dueño de casa, va y viene, organizando y recibiendo. Máximo Kirchner también se mueve a veces, ordena algo, le habla y cuida a su madre.
Osvaldo Soriano escribió alguna vez que uno llega a ser hombre cuando pierde a su padre, memora el cronista.
Juan Cabandié, hijo recuperado que reencontró a su familia, mira sin ver. El 24 de marzo de 2004, los Kirchner lo invitaron a subir a un escenario histórico, al costado de la ESMA. Comenzó ahí una carrera política, que ahora deberá seguir sin un referente paternal que se le fue de sopetón.
Carlos Kunkel y Jorge Taiana son compañeros de militancia con varios años de cárcel arriba, cuando eran jóvenes y delgados. Ahora, con 30 años más y una corpulencia estimable, se abrazaban en esos pasillos, dando tumbos, llorando como pibes.
Ella, Cristina, no llora.
El líder muerto se transmuta en bandera y mito. El de Kirchner ya dice que ofrendó su salud y su vida por su vocación militante. Sus compañeros lo enaltecen, dirigentes radicales adoptan ese discurso.
Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz, entre otros, asisten y elogian la militancia, tanto como la tradición nacional y popular. Puede haber cálculo, protocolo, buena onda o cortesía, en cualquier caso estuvieron a la altura de las circunstancias.
Cristina se toma una tregua de minutos, va a una salita aparte. Ve a Leopoldo Moreau, lo abraza y le manda efusivos saludos “para tus hijas, que son militantes”. Moreau discurre con el cronista, a su ver hubo tres dirigentes que hicieron época en la política: Perón, Alfonsín y Kirchner. Ninguno podía parar ni jubilarse."
Los militantes no se jubilan. Los militantes militan la vida entera. Dos personas, dos argentinos con distinto estilo, pero un mismo objetivo: apuntalar la democracia en nuestro país y en latinoamérica.
Cobos, desde lejos, entiende y respeta. El también es distinto. Y aunque muchas veces cuestionado, partícipe necesario de nuestra democracia.
Nestor Kirchner y Raúl Alfonsín, militantes
de la democracia
de la democracia
Militante, es el actor social que se mueve en el terreno político defendiendo una ideología, que puede o no ser partidaria. Muchas veces nosotros mismos nos convertimos en militantes, cuando defendemos nuestros principios y creencias en los campos en los que nos toca actuar. Cuando abogamos por la justicia, la libertad, los derechos humanos, la ecología, la educación libre popular y gratuita, el derecho a la vida y levantamos nuestra voz y opinamos estamos haciendo militancia.
A veces me gusta escribir o dar mi opinión sobre sucesos del ámbito nacional que me parecen relevantes, creyento tal vez, vanamente que es un aporte necesario al "MAR DE FUEGUITOS" que describe Galeano en su libro de los abrazos.
Su escrito dice más o menos así, un hombre en la costa de colombia pudo subir al cielo y a la vuelta dijo que "el mundo es eso, un mar de fueguitos donde cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende"
Los militantes son eso, un mar de fueguitos que toman la responsabilidad, de hacer, de luchar, de amar. No hay militante sin pasión. A todos nos mueve el deseo de mejorar el mundo, de hacer algo por la humanidad.
Hoy me preguntaba ¿qué es estar a la altura de las circunstancias? Y mi respuesta es esta.
Estar a la altura de las circunstancias hoy, significa acompañar a la Presidenta en su duelo, que es el duelo de todos los argentinos. Ha muerto otro gran lider, un militante.
No soy Peronista ni Kirchnerista, pero se reconocer la buena madera, la militancia de Nestor Kirchner y su valentía, pero sobre todo su gran compromiso para con su país.
En el 2003 él tuvo el coraje que se necesitaba para sacar a nuestro país adelante y lo hizo, con determinación y convicción.
Los argentinos a lo largo de estos 3 días de duelo hemos demostrado que sabemos separar las cosas y honrar lo que se hizo bien. Ha ocurrido el mismo fenómeno con Raúl Alfonsín, otro gran lider y estadista cuyo reconocimiento del pueblo nos dejó maravillados. Ambos apuntaron a la integración latinoamericana.
En menos de 25 años, argentina ha visto pasar a dos grandes hombres. Dos hombres que han sabido llegar a su pueblo, porque eran parte de él.
Podremos compartir ideologías o pensar distinto, pero ambos nos posibilitaron justamente desde lugares distintos, el poder elegir, el poder votar nuestros representantes y el poder expresarnos con libertad.
Es cierto también, que Nestor Kirchner era más duro y más determinante, hasta más avasallante con quien pensaba distinto y Alfonsín mucho más amplio y democrático, no por nada fue catalogado como "el padre de la democracia" pero en lo que ambos coincidieron fue en dar toda su vida por su patria, por sus ideales, por sus convicciones.
Mario Wainfeld, periodista de Página 12 relataba sensaciones que capturó en el velatorio que me conmovieron cuando leí, porque era lo mismo que podía observar en mi ciudad, a 2000km de Buenos Aires.
"Cristina acaricia de vez en cuando el féretro, acomoda la bandera, los pañuelos blancos que le acercaron, algún estandarte. Mira hacia delante, conmueve su economía gestual. Sólo se mueve para besar a Madres o a Hijos, a alguna mujer de pueblo. Tira un beso con las manos, se lleva la mano al corazón.
En su derredor, hombres hechos y derechos no pueden contener la emoción. Carlos Zannini, de ordinario sonriente, se muestra tieso, todo lo lívido que pueda estar un morocho. Agustín Rossi conserva el rostro demudado desde el miércoles. Carlos Tomada está estremecido, con los ojos húmedos.
Oscar Parrilli, una suerte de dueño de casa, va y viene, organizando y recibiendo. Máximo Kirchner también se mueve a veces, ordena algo, le habla y cuida a su madre.
Osvaldo Soriano escribió alguna vez que uno llega a ser hombre cuando pierde a su padre, memora el cronista.
Juan Cabandié, hijo recuperado que reencontró a su familia, mira sin ver. El 24 de marzo de 2004, los Kirchner lo invitaron a subir a un escenario histórico, al costado de la ESMA. Comenzó ahí una carrera política, que ahora deberá seguir sin un referente paternal que se le fue de sopetón.
Carlos Kunkel y Jorge Taiana son compañeros de militancia con varios años de cárcel arriba, cuando eran jóvenes y delgados. Ahora, con 30 años más y una corpulencia estimable, se abrazaban en esos pasillos, dando tumbos, llorando como pibes.
Ella, Cristina, no llora.
El líder muerto se transmuta en bandera y mito. El de Kirchner ya dice que ofrendó su salud y su vida por su vocación militante. Sus compañeros lo enaltecen, dirigentes radicales adoptan ese discurso.
Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz, entre otros, asisten y elogian la militancia, tanto como la tradición nacional y popular. Puede haber cálculo, protocolo, buena onda o cortesía, en cualquier caso estuvieron a la altura de las circunstancias.
Cristina se toma una tregua de minutos, va a una salita aparte. Ve a Leopoldo Moreau, lo abraza y le manda efusivos saludos “para tus hijas, que son militantes”. Moreau discurre con el cronista, a su ver hubo tres dirigentes que hicieron época en la política: Perón, Alfonsín y Kirchner. Ninguno podía parar ni jubilarse."
Los militantes no se jubilan. Los militantes militan la vida entera. Dos personas, dos argentinos con distinto estilo, pero un mismo objetivo: apuntalar la democracia en nuestro país y en latinoamérica.
Cobos, desde lejos, entiende y respeta. El también es distinto. Y aunque muchas veces cuestionado, partícipe necesario de nuestra democracia.
Comentarios
No lo soy, pero lo respeto, porque sé lo que es votar distinto en un contexto donde hay presiones políticas.
Coincidamos o no, él votó la 125 y el 82% móvil porque se puso del lado de las necesidades del pueblo. Si su postura fue o no acertada en los 2 casos sólo la historia y el pueblo lo juzgará.
Su responsabilidad y compromiso es con la gente que lo votó como Vice-Presidente. Su cargo es representativo.