Niños consumidores o niños felices?

Por Nancy Sáez

De Niños posededores de juguetes a jugadores

A veces, cuando hay fechas significativas, que ameritan algunas palabras, me surge la inquietud de preguntarme si realmente vale la pena escribir algo en el blog del claustro (o más bien dicho, si es pertinente). En esos casos -cuando decido que si- es por la sencilla razón de que más allá de ser trabajadores de la Universidad, también somos padres, hijos, tíos, hermanos (o abuelos, porqué no).

El día del niño debería ser el día indicado para homenajear a nuestros hijos, dedicarles tiempo, llevarlos al cine...compartir. Pero qué difícil es la palabra compartir en esta época donde reina el individualismo, donde estamos siempre sin tiempo para dedicarnos "al otro", aunque ese "otro" sean nuestros propios hijos!

Entonces lo que solemos hacer es llenarlos de juguetes, pcs, wi, iphod, etc. Con estas reflexiones a cuestas, justamente me encuentro con un texto que escribió la Psicóloga Gisella Suarez que comparto con Ustedes:

"Voy caminando por la ciudad y a cada paso veo juguetes y màs juguetes. Adultos cargados de bolsas, niños que no paran de gritar "¡quiero, quiero, quiero... ¡no, ese te dije!". De repente todos los negocios venden juguetes. 

¿Qué pasó? ...Se festeja el día del niño y los padres estuvieron comprando todos los juguetes que sus niños necesitan... ¿los necesitan? 

De donde surge la necesidad de tantos juguetes?. Una y otra vez compruebo que los niños de este siglo tienen tantos juguetes como aburrimiento. 

Piden lo que supuestamente desean y a la semana ya no lo quieren y piden algo nuevo.

Los especialistas en marketing han sabido hacer muy bien su trabajo. Ya ni los niños ni sus padres saben lo que realmente necesitan. Se han vuelto los más grandes consumidores y cuesta bastante proponerles otra opción, parece que los publicistas, a través de la televisión y demás, le han contado a los niños que es lo que ellos quieren y se lo han creído... y sus padres también. 

Al decir de Francesco Tonucci en "La soledad el niño": "Los juguetes son o deberían ser instrumentos para jugar; cuanto más inciten a jugar, mejores serán. El mejor juguete es, quizá, la arcilla, porque no es nada y puede convertirse en todo: el paso de nada a todo es el juego. 

Jugar es también inventar y construir, y no solamente utilizar juguetes. 

Los juguetes se construyen con arcilla, con trapo, con trozos de madera... hoy todas estas cosas son raras en la ciudad y, por consiguiente, los juguetes se compran. Y como todo lo que se compra, cuanto más cuestan, más valen. 

Si queremos demostrar mucho cariño, si queremos hacernos perdonar una ausencia, una atención escasa, le compraremos a nuestro hijo un regalo que sea muy caro. El niño se está transformando de jugador en poseedor de juguetes. Uno de sus juegos más habituales consiste en abrir la caja del nuevo juguete, probarlo, abandonarlo o destruirlo, y esperar el próximo juguete."

¿Qué pasaría si probáramos está fórmula: menos juguetes, más juego?, juguetes simples y más tiempo para jugar? 

Es probable que al comienzo escuchemos solo protestas. Los niños, a veces, no saben que hacer cuando le apagamos la tele y le ofrecemos menos juguetes.... pareciera que han perdido su creatividad, pero solo hay que tener paciencia y esperar. 

Por otra parte, va a ser necesario al comienzo, acompañarlos en este pasaje de ser poseedores de juguetes a jugadores, luego lo harán solos, después de todo y por definición, los niños saben jugar...


Por eso en este día propongo que celebremos la infancia y al niño que todos llevamos dentro, poniéndonos a jugar con los niños que están cerca nuestro. 

Despertemos en ellos y en nosotros, la creatividad, la magia, el goce y el encuentro. Mostrémosles nuestros juegos y que nos enseñen a jugar los suyos. 

Seleccionemos con ellos los juguetes que sirven para jugar y separémoslos de los juguetes que juegan solos (¡seguramente empiece a sobrar espacio en todas las casas!) 

Llevémoslos a pasear al sol, juguemos con el mar, el viento, las piedras, las plantas, los cerros... ¡había tantos juguetes cerca!


FELIZ DÍA DEL NIÑO para todos los niños que cada día me enseñan sobre el juego, la creatividad y la magia... y Feliz día a la niña que llevo en mi corazón".
 

El mejor juguete es, quizá, la arcilla, porque no es nada y puede convertirse en todo: el paso de nada a todo es el juego

El video es de Martina, mi sobrina.



Comentarios

Anónimo dijo…
no puedo más que coincidir, soy madre y abuela. Y alguna vez utilicé la "compra" para expiar culpas. Culpa por trabajar fuera de la casa para cumplir tal vez otro "mandato" social.
A pesar de ello no dejo de creer en el ser humano y su curiosidad para relacionarse con el medio, se halla mucho placer en observar la huella que deja el caracol o el trabajo de la hormiga, el nacimiento de una nueva flor y caminar contra el frío viento patagónico...
Excelente artículo, gracias por la caricia brindada.

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