Polémica: Creación de 7 Universidades Nacionales

UNA TENDENCIA QUE SE CONCENTRA SOBRE TODO EN EL GRAN BUENOS AIRES

Polémica por el proyecto de crear otras 7 universidades nacionales

En el Congreso se presentaron nueve iniciativas. El Ministerio de Educación y los rectores se oponen: dicen que no son necesarias y que el presupuesto no alcanza. Debaten la calidad educativa y el perfil profesional.
Por: Juan Pablo Casas


En el Congreso de la Nación pululan nueve proyectos de ley para la creación de siete nuevas universidades nacionales. La mayoría, en la superficie del Gran Buenos Aires. Sin embargo, tanto desde el Ministerio de Educación de la Nación como desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) pretenden frenar estas iniciativas: en algunos casos les resultan injustificadas e impertinentes.
Dos de esos nueve proyectos apuntan a fundar la Universidad Nacional de Villa Mercedes, en San Luis. Impulsados por los Rodríguez Saá, ya logró media sanción del Senado. Y provocó el enojo del CIN, la entidad que nuclea a los rectores de las universidades estatales, alarmados por tener que compartir el presupuesto universitario con nuevos actores.
"Estamos en contra de ese proyecto porque surge del cercenamiento o división de una universidad ya existente, como es la Universidad Nacional de San Luis (UNSL). En sus lineamientos, el CIN expresa claramente que esto no puede ocurrir. Por eso también nos opusimos a la del Chaco, que nacía de tomar una facultad de la del Nordeste. Cuando eso cambió, entonces avanzó", justificó el vicepresidente del CIN, Eduardo Azueta.
"No se pretende frenar la creación de nuevas universidades, porque entiendo que existen demandas reales. Sin embargo, las iniciativas deben ser planificadas y factibles y no responder a impulsos personales. El desafío que se debe plantear la futura Ley de Educación Superior es asegurar una cobertura territorial y poblacional de la oferta universitaria" , explicó el secretario de Políticas Universitarias del Ministerio, Alberto Dibbern. Y agregó: "La matrícula universitaria experimentará una fuerte expansión en los próximos años porque la nueva ley universaliza la secundaria. Pero esa ampliación debe ser planificada y controlada".
Un área que presenta excedente de oferta resulta, sin dudas, el Gran Buenos Aires. Allí, con la de La Plata y Luján marcando fronteras, conviven las universidades de Quilmes, Lanús, Lomas de Zamora, La Matanza , General Sarmiento, Tres de Febrero y San Martín. Ninguna sufre la superpoblació n de la UBA , por ejemplo. Sin embargo, la Universidad Nacional de Avellaneda (UNA), impulsada por José Pampuro (FPV), ya consiguió media sanción del Senado. Ganó terreno cuando trastrocó su perfil: aglutinará a todas las carreras artísticas, visuales y musicales que se ofertan en ese partido.Aparte de la de Avellaneda, Pampuro también avala la creación de la del Oeste, con sede en Merlo.
En Diputados presentó un proyecto similar para la región Luis Cigogna (FPV), quien además impulsa -junto con su par Rosa Tulio y el ahora vicegobernador, Alberto Balestrini- otra en San Isidro. Algo parecido hizo Jorge Villaverde, pero para su entrañable Almirante Brown. Y el peronista Ramón Saadi presentó la Universidad Obrera Nacional, dependiente de la CGT.
"Muchas propuestas fueron elaboradas en 2007, un año electoral. Se tiran en campaña y después pasan al olvido. Mueren ahí", señalaron fuentes parlamentarias. Son las mismas que le auguran muerte súbita al proyecto de Zulema Daher (FPV) para crear una en San Ramón de la Nueva Orán , Salta. Las justificaciones son parecidas: la ausencia de un universidad en la zona, las dificultades que experimentan los jóvenes para seguir con sus estudios por cuestiones geográficas y el "desarraigo" que eso provoca.
En 2007, el Congreso aprobó la creación de las universidades de Río Negro y de Chaco, dos provincias que no contaban con casas de estudios propias (tenían subsedes del Comahue y Nordeste, respectivamente) . La senadora Blanca Osuna (FPV), titular de la comisión de Educación, las avala: "Existe una relación de pertinencia entre universidad y distrito imposible de soslayar. A los gobernadores y funcionarios locales les sirve mucho debatir y discutir con el rector de la universidad local un plan de extensión o cooperación". Aunque también entiende que el Estado debe controlar cómo, dónde y para qué.
La actual Ley de Educación Superior obliga al Congreso a solicitarle al CIN un informe de factibilidad y pertinencia antes de crear una universidad nacional. Sin embargo, al no ser vinculante, no tiene porqué acatarse. Como el Gobierno impulsa la promulgación de una nueva ley, los rectores proponen que el informe del CIN sí sea vinculante.
"La tasa de matriculación argentina ronda el 59 % y es la más alta de Latinoamérica, pero está muy lejos de la de los países desarrollados, que es más del 80 %. Se debe expandir la población universitaria, pero antes habría que discutir si es necesario crear más universidades o potenciar a las que existen, que a mi entender son bastantes", dijo Azueta.
Las oleadas de los 70 y los 90

Hasta 1939, en la Argentina sólo existían seis universidades: Córdoba, UBA, La Plata, Tucumán, Litoral y Cuyo. La primera oleada de creaciones ocurrió entre 1968 y 1975: 16, con el histórico 1973 a la cabeza (siete fundaciones) . De esa época son la de Rosario, Luján, Río Cuarto, Entre Ríos y Lomas de Zamora, entre otras. La segunda fue bajo el primer menemismo, cuando entre 1989 y 1995 abrieron nueve casas de estudios. Principalmente, en el Conurbano: Quilmes, La Matanza , San Martín, Sarmiento, Lanús y Tres de Febrero.
Contrapunto

"Frente al proyecto de ley de educación superior, parece poco serio discutir sobre nuevas universidades sin saber qué es lo que las va a regular"."Al ser obligatoria la escuela secundaria, la demanda de plazas universitarias va a ser cada vez mayor, de modo que es posible que haga falta abrir nuevas universidades. Pero éste no es el momento".
Francisco Delich, profesor emérito Universidad Nacional de Córdoba
"Antes hay que fortalecer la red de universidades nacionales existentes, muchas de las cuales tienen una demanda estudiantil muy alta.
Esto significa mejorar su calidad edilicia, sus bibliotecas; e invertir en una política de becas para mantener la matrícula y que no haya deserción, y en mejorar la calidad de la graduación. Es una apuesta importante".Sandra Carli, profesora titular de Comunicación y Educación, UBA
Fuente: Diario Clarín

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