¿Altos niveles de deserción en la UNPSJB?


La deserción en la universidad local


Si bien aún hay altos límites de deserción en la UNPSJB, nada se compara con los niveles que alcanzó en año 2004. La necesidad de trabajar, dados los graves inconvenientes en las economías familiares y las consecuencias de la crisis del 2001 obligaron a muchos jóvenes a abandonar sus estudios universitarios y a optar por carreras más cortas y de pronta salida laboral.

A efectos de su archivo en el blog, se extrae de portales on-line la siguiente nota ofrecida desde dos Direcciones abocadas al tema, la Dirección de Evaluación Institucional Permanente y la Direción de Servicios Académicos, ambas dependientes de la Secretaría Académica de la Universidad.

Hasta aquí, el panorama no ha mejorado mucho, de hecho ha des-mejorado, según lo denuncia la información publicada en el REGISTRO DE DATOS ESTADÍSTICOS HISTÓRICOS que ha elaborado la Dirección General de Planeamiento dependiente de la Secretaría General.

Estos datos que pueden ser consultados por cualquier usuario de internet, figuran en la página web de la Universidad, y demuestran que la matrícula desde el 2004 al 2010 ha descendido en un 15, 68 %.

Urge que las autoridades, órganos unipersonales y cuerpos colegiados comiencen a pensar en este emergente dado que no es un asunto menor.

Para consultar pueden clickear el siguiente link

 DatosHistoricos Alumnos 2001-2010 UNPSJB (ver tabla)






La deserción de estudiantes en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) fue del 60 por ciento en el 2004.


La cifra pudo ser establecida luego de una investigación que realizó el Programa de Evaluación Permanente de la institución universitaria, que además en forma conjunta con la Dirección de Pedagogía, detectaron que los docentes universitarios consideran que los responsables de este fracaso son los propios estudiantes.

«Hay que considerar que las causas son diversas, pero que básicamente se deben a la falta de políticas, no sólo educativas sino generales. La ausencia de un proyecto de país y de región tiene mucho que ver con esto», sostuvo Raúl Muriete, coordinador del Programa de Evaluación Institucional.

La investigación, que fue presentada ayer por el equipo de la Dirección de Pedagogía y el Programa de Evaluación Institucional Permanente, parte del análisis de las opiniones docentes sobre la deserción estudiantil.

Las encuestas fueron realizadas a los docentes del primer año de todas las carreras y sedes de las facultades de Ingeniería, Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y Ciencias Económicas.

El equipo de Evaluación Externa de la universidad local indicó en su informe final de 1998 que «la proporción de ingresantes en relación con la matrícula total es desproporcionada, lo cual sugiere tasas de deserción elevadas».

El equipo que evalúa la situación de la institución alertó así sobre un tema que fue abordado por el Programa de Evaluación Institucional.

A través de un estudio, se detectó que el 60% de ingresantes a la UNPSJB no llega ni siquiera a rendir un examen final. «También tenemos una población muy alta que ingresó hace tres o cuatro años atrás y que sigue sin rendir ningún final».

El estudio realizado por el Programa de Evaluación Permanente indica además que el 70% de los padres de los estudiantes que desertan de la Universidad no poseen estudios secundarios, tienen trabajo e ingresos de clase media. Estos guarismos son los mismos que se dan a nivel nacional, aunque en otros países desarrollados este indicador se ubica en el 15%.

El 80% de los estudiantes que ingresaron entre 2001 y 2002 no trabajaba. «Lo que indica es que hay estudiantes que trabajan, pero no son la mayoría», dijo Muriete.

En este caso, entre las causas se alejan las dificultades económicas que podrían tener los estudiantes que llegan a la institución y que los obligaría a abandonar sus estudios, aunque se debe decir que hay muchos que ni siquiera se inscriben en una carrera por problemas económicos.


¿Alumno culpable?


De acuerdo al estudio de la Dirección de Pedagogía de la propia UNPSJB, la mayoría de los docentes reconoce como causas principales de la alta deserción las «condiciones externas» y las «características de los alumnos».

Esto demuestra que ellos visualizan que las causas del problema se ubican principalmente en variables que están fuera de la práctica pedagógica y la organización institucional.

El estudio también recupera la percepción de los docentes sobre el Polimodal. De acuerdo a su visión, los futuros ingresantes universitarios no estarían logrando la adquisición de conocimientos ni el desarrollo de las estrategias necesarias para la organización del trabajo intelectual.

Mario Murphy —integrante de la Dirección de Pedagogía— sostuvo que surge como una necesidad que la institución universitaria articule acciones con las instituciones de educación Polimodal.

«Para muchos (docentes), una de las razones está fundamentalmente en el alumno y sobre esto hay que trabajar como para ver quienes más tenemos que ver en la institución con la deserción porque sino caemos en decir que el responsable de esta situación es el alumno».


¿Faltan fines claros?


Con estos datos en mano, el investigador Raúl Muriete indicó que «el fracaso tiene muchas causas» y agregó que otra variable está vinculada con el nivel de expectativas que tienen los ingresantes cuando llegan a la institución.

De acuerdo a Muriete (licenciado en Ciencias de la Educación), el estudiante posee una imagen de la universidad que difiere de la realidad.

«El estudiante confunde imagen laboral con imagen de estudio de la profesión y elige carreras exitosas. Y en la universidad el éxito se mide en la evaluación».

Aquí el especialista recurrió a la metáfora del «jardincito», explicando que «cuando el niño ingresa al jardín se trabaja en la adaptación al sistema y no en la evaluación; en la universidad se trabaja en la evaluación calificadora y no se preocupan por la persona.

No existe la preocupación de que el sujeto aprenda». Pero más allá de las medidas técnicas que permitirían abordar la problemática de la deserción, el investigador afirma que debería generarse una política institucional que brinde contención al estudiante.

«Esto es una falencia en el sistema educativo, pero también en la política general del país. No hay fines claros; no hay un proyecto de país y los estudiantes se desaniman al ingresar a la universidad», concluyó.


Créditos: Diario El Patagónico (12/03/04)

http://www.elchenque.com.ar/edu/arti/04/deseruni.htm

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