Universidad vs Enseñadero

por Sebastián Sayago

Un anuncio político es siempre importante en relación con la acción anunciada. Tan importante es que, en ocasiones, lo único que vale es el anuncio y lo demás no llega nunca. Podemos pensar en la gran cantidad de promesas incumplidas de muchos políticos o también en el apoteósico anuncio de Rodríguez Saá acerca del cese de pago de la deuda externa.

Bueno, el anuncio de la creación de la Universidad Pública del Chubut (a la que de aquí en adelante me referiré con la expresión “enseñadero”) también fue importante porque le permitió al gobernador justificar el acto político de esa creación.

Quisiera analizar brevemente y con cierta superficialidad los argumentos esgrimidos (no vale la pena hacerlo con profundidad). Retomo la noticia publicada en el sitio web del gobierno:

1) Orientación académica del enseñadero

El gobernador afirma que el enseñadero se crea para “apostar al futuro y consolidar el crecimiento económico, las posibilidades de desarrollo y la realidad productiva de la provincia”. En principio, este puede ser un argumento aceptable, en tanto se trataría de un acto político realizado con un objetivo estratégico de desarrollo socioeconómico. Se puede cuestionar, como bien hace Luis, que la orientación del enseñadero apunte al mercado, pero aceptemos que un gobierno neoliberal como este pueda llevar adelante una política supeditada al incremento del capital privado (pensemos en la cuestionable concesión del yacimiento de petróleo más rico del país a PAE).


Sin embargo, esta orientación mercantilista del enseñadero no está bien definida. El gobernador también afirma que este tendrá como objetivo formar recursos humanos para el Estado “en áreas esenciales del estado, como Salud, Educación, Seguridad Pública”, es decir, podemos pensar en carreras como medicina, enfermería, profesorados, entre otras. Solo es cuestión de definir qué se considera un área esencial del Estado.

Entonces, como primera conclusión, podemos inferir que el enseñadero estará orientado tanto hacia el mercado como hacia el Estado. Es decir, pretende ser un amplio espacio de saber en el que converjan tendencias que suelen ser contradictorias en la producción genuina de conocimiento.

2) Razones para la creación del enseñadero

Das Neves pone como razón última para la creación del enseñadero la supuesta ineficiencia de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. El enseñadero haría posible no solo que los jóvenes chubutenses puedan cursar carreras vinculadas directamente a la producción (aunque este postulado es incoherente, como dijimos) sino también que “no tengan que emigrar hacia otras ciudades del país por falta de ofertas vinculadas con las necesidades provinciales o aún peor, quedar afuera del sistema imposibilitados de recibir una formación Universitaria altamente cualificada por no contar con los recursos económicos suficientes para trasladarse”.

Asume, entonces, que los jóvenes que no pueden emigrar a otras ciudades reciben una formación universitaria que no es altamente cualificada (como la que él sí puede ofrecer). Se erige en un juez capaz de evaluar la calidad académica de una universidad nacional con casi treinta años de existencia, con miles de graduado en una vasta región, con recursos humanos formados y en formación bajo estrictos estándares, con cientos de proyectos de investigación concluidos y en marcha, en fin, con una tradición académica y una masa crítica inigualable en la provincia.

Me pregunto, por ejemplo, si podrá el enseñadero contar con investigadores y docentes posgraduados, que estén al tanto de los últimos avances teóricos en sus respectivas disciplinas. Difícilmente. La conformación de una masa crítica y de una tradición académica seria lleva años. No es lo mismo abrir una universidad de excelencia que abrir un quiosco.

Por último, no quisiera finalizar sin comentar que la subsistencia de la UNPSJB tiene algo de heroico. Como señala Luis Sandoval, hemos sobrevivido a políticas que apuntaron a desfinanciar la universidad y a gestiones internas con escasa vocación para la planificación del desarrollo académico. Pero tenemos algo que no se compra y que, lamentablemente, se paga mal: el deseo del conocimiento. Solo así se explica que tantos docentes con sueldos magros se esfuercen por comprar libros, cursar posgrados, asistir a congresos, etc.

En fin, esto es algo que no puede entender quien crea un enseñadero.


Links relacionados con esta entrada:


La universidad no es pa’ cualquiera (en este mismo blog).
Das Neves anunció la creación de la Universidad de la Provincia del Chubut (en chubut.gov.ar)

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